Alemania siempre se ha caracterizado por ser generador de grandes movimientos musicales; no nos dejemos deslumbrar por los americanos y los ingleses, corrientes como el Kraut y el Electro se germinaron en la tierra que después de ser trágicamente devastada por la guerra, dio origen a varios fenómenos sociales y culturales.
Originario de Berlín, este trio integrado por Wolf Lindemann (vocal/guitarra), Mammoth (bajo) y Tiger (bateria), grabó y produjo su aclamado primer larga duración Kadavar (2012) con sus propios medios; cuál seria su sorpresa, al agotar en tiempo récord las primeras 700 copias editadas en su lanzamiento en marzo. Después de eso, otros tres tirajes de 3,000 ejemplares corrieron con la misma suerte, por lo que, desde julio, auxiliados por la disquera Tee Pee, el disco fue lanzado a nivel mundial.
Calificados por la prensa especializada metalera (sabemos como los europeos se las gastan para el género rompe-cráneos) como un “fenómeno”, estos tres músicos con una facha que parecen traídos a esta era mediante una máquina de tiempo, basan su propuesta en la densidad y la crudeza.
Riffs mágneticos, un bajo punzante y una bateria seca y rudimentaria, la estructura y sonido del Kadavar nos devuelve al rock más puro y elemental.
Descarada y desafiante la manera en que mueven por aguas como el hard, elkraut, el psycho, el doom y el stoner-rock. Copia, inpiración o deformación, a quién le importa, a pesar del aire tan clásico y retro, su música resulta un rico y pesado bálsamo para los oidos.
Sin duda una propuesta que todos los amantes del ocultismo, las letras que evocan al maligno y las melenas largas celebrarán con los punos levantados.
Para la primavera de este 2013, Kadavar anuncia el lanzamiento de su segunda placa Abra Kadavar, para la cual repitieron el ritual de grabación en los estudios de Tiger y se anuncia una gira que seguramente los llevará a tierras lejanas.
Bienvenidos a la oscura celebración, bienvenidos al abismo de Kadavar.